LA ATLÁNTIDA
Las luces titilan y nos sumergimos en una oscuridad mientras nuestro avión se sacudía con las fuertes turbulencias, hoy empecé mi vida eterna, les contaré lo que sucedió 24 horas antes.
Los seres humanos hemos hecho muchos avances en ciencia, salud, tecnología, astronomía; muchos secretos han sido descubiertos gracias al desarrollo cerebral, aunque el misterio del Agujero azul del Dean continúa. Por muchos siglos fue un agujero de 202 metros de profundidad. Hace un año, tres competidores entraron y allí se perdieron, ante esta incertidumbre decidí entrar.
Me decido y camino hacia allá, escucho mi nombre en un grito que dice mi nombre SAMANTHAAAA, es Aria, trae una maleta y como yo está decidida a acompañarme, aún sabiendo lo que puede ocurrir.
El agua impacta sobre mi piel refrescándome, me sumerjo hasta llegar hasta el fondo del agujero, al instante Aria llega a mi lado, me sumerjo aún más pero no hay nada hacia el lado izquierdo y le hago una señal a Aria para que se dirija al contrario, obedece. La intensidad de la luz de su piedra alma se desvanece, luego de unos minutos vuelve con su característica intensidad, pero cuando se encuentra a tan solo medio metro aproximadamente una gran oscuridad la consume, nado rápidamente alumbrando con mi piedra alma en su dirección, para cuando llego, ella ya no está y su piedra alma da su último suspiro, no hay nada, se ha ido… pero yo sigo aquí. De repente, siento algo viscoso en mi espalda, trago saliva y giro encontrándome con una gran oscuridad que me consume rápidamente…
Abro mis ojos, pero los cierro con la misma velocidad ya que un resplandor gigante me ciega momentáneamente, para cuando abro mis ojos, giro a la izquierda y hay una preciosa muchacha, quien tiene una manta en sus piernas.
¿Dónde estoy? – pregunto mirando a sus profundos ojos azules
Se levanta y la manta cae mostrándome una cola de sirena, abro los ojos sorprendida y me doy cuenta que estoy en el agua respirando, viviendo, teniendo una cola de sirena, siendo una inhumana.
Bienvenida a la Atlántida- dice la muchacha mientras sonríe acercándose.
Luego, todo se vuelve negro
