SUPER HÉROE BOYACENSE
- LEONARDO ENRIQUE JOYA PARRA Grado 903 Básica Uno
- 25 nov 2017
- 2 Min. de lectura
Rendir homenaje a Nairo Quintana es venerar a nuestra tierra boyacense. Tener a Nairo campeón en Europa significa afirmar nuestra identidad y sentir el orgullo de lo que es capaz de hacer un hombre sencillo, con deseo de imprimir tenacidad en cada pedalazo.
Fue un niño obediente, atento a las sugerencias de los padres y dispuesto a colaborar con quienes lo necesitaban, con un sentido altruista ejemplar, estuvo pendiente de sus hermanos y cuando tuvo su propia bicicleta se ofrecía a llevar a sus vecinos hasta la escuela, que por cierto, no era muy cercana. Cada amanecer le traía la alegría de poder escalar en su vehículo apreciando el paisaje rural, respirando el aire puro y cada día exigiéndose su propia meta.
Nairo fue un niño con todas las comodidades que da el campo: tener unos padres madrugadores que desde siempre inculcaron en sus hijos valores y en hacer cada tarea lo mejor, asistir a una escuela a kilómetros de distancia por un camino marcado por la necesidad de abrir el paso entre los vecinos, despertar con el canto de los pájaros, escuchar los conciertos que dan el río y los animales del campos durante las veinticuatro horas formando el sonido que demuestra la tardía llegada de la tecnología, cuidar a los animales domésticos con cariño y aprendiendo de ellos el sabio respeto de la naturaleza.
No cabe duda que estos acontecimientos marcan hoy en día la personalidad de un héroe que se muestra ante el mundo con una sabiduría excepcional. Desde el pódium mundial reconoce su cuna y es lo que lo hace más grande.
Nairo, gracias por ser el ejemplo más cercano a nuestras vidas, gracias por enseñarnos que lo verdaderamente valioso que hay en cada ser es el respeto y la perseverancia para aprender a hacer las cosas bien.

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